domingo, 6 de junio de 2010

Episodio VIII: End of a road trip

El viaje se había terminado. Tan sólo quedaban fuerzas para hacer las maletas y dormitar algo en el autobús de vuelta.

Muchos se levantaron con el sabor del vómito en su boca. Otros como yo sobrevivíamos a base de mucha agua y paracetamol. Las gafas de sol ocultaban las ojeras, pero había algo que no podía ocultar ante mi seria familia: había perdido la voz. Apenas podía susurrar unas palabras muy bajito. Era increible, había gritado o cantado en otra clase de fiestas y saraos, pero nunca había llegado a ese punto.

El autobús hizo su parada a mitad de camino. El sol brillaba y nuestra resaca más aún. Algunos tomaban cerveza con ánimo de que se les pasase la mona. Todos estábamos muertos. Hasta el duelo de fichas entre Javi y Dudy parecía haber expirado... o quizá no...

Estábamos sentados en la acera de aquella gasolinera y de repente paró un coche con cuatro ninfas morenas de unos 20 añitos. Entonces, Dudy, ni corto ni perezoso, se levantó y fue a tirar lo que todos sabíamos que era la última ficha antes de llegar a casa. Anduvo con paso firme hacia el coche, y cuando apenas le quedaban un par de metros, las chicas se metieron en el coche y desaparecieron en el horizonte. El duelo quedó en empate, pero con ese último esfuerzo se valoró el trabajo de aquél mediomelé, tanto que Javi le dió la victoria moral.

Y así concluyó uno de los viajes más horribles que pudo haber. Siempre quedará en nuestro recuerdo, que fué rescatado entre todos, puesto que las lagunas nos impideron recordarlo con claridad individualmente...

FIN

(Seguiré escribiendo, pero no sobre este viaje...)

4 comentarios:

  1. Gran viaje sin ninguna duda...

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  2. Y pensar que el pobre Dudy murió en los Pirineos mientras placaba y desnucaba jabalíes...

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  3. Todos a la cárcel.

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