domingo, 10 de octubre de 2010

La vuelta al cole

Acababa de comenzar otra temporada en el equipo y ya las liábamos parda...

Nueva sangre llegó y no por ello gente menos horrible. GL, TitoNáscar, Pach, Over, Monty entre muchos otros... La cosa prometía.

Los partidos comenzaron a convertirse en fiestas de culto, y los entrenamientos comenzaron a ser peleas en el barro. La nueva temporada primero bajo el mando de Kalate y más adelante bajo el de Arnold se presentaba bien...

Los partidos eran duros, contra delanteras contundentes y rápidos tres cuartos. Pero nunca desfallecíamos. Siempre teníamos ganas de más y más. Después, en los terceros tiempos lo dábamos todo, tanto que muchas veces terminábamos en antros de mala muerte entre semana, borrachos como ratas por la sangría y la cerveza de calidad dudosa.

- TTNV: Eh... ¿Por qué no cantas una de las cosas esas de las mujeres?
- Rodolfo: Naturalmente... Preeeeeee[...]

Corrían buenos tiempos, todo parecía muy correcto, pero las cotas del horror se subieron demasiado... O quizá no...

domingo, 29 de agosto de 2010

Sellando documentos

Recuerdo que era un caluroso agosto...

Se jugaba el campeonato mundial de rugby y quedábamos de vez en cuando para ver algún partido que otro. Yo, como la mayoría, estaba estudiando para los exámenes de septiembre, y fue cuando tuve la maravillosa idea de presentarme en aquel bar irlandés con la mochila llena de apuntes.

Era uno de los mejores partidos del mundial: Argentina - Francia, en el que Lucio enloqueció borracho cuando los pumas aplastaron al XV del gallo. Parecía que su entusiasmo se nos contagiaba y todos comenzábamos a estar ebrios y felices. Salimos de aquel bar horas más tarde con un aspecto lamentable y mis amuntes de estadística terminaron en la calzada de aquella avenida. Lucio, el cual seguía enloquecido, pisoteó los apuntes dejando el sello de sus adidas en varias hojas de las cuales aún conservo alguna.

Era pronto para irse a casa, y Ruso urdió un plan para terminar en casa de una amiga suya que estaba celebrando unas copas, decisión que más tarde lamentaría, ya que Lucio, en un estado lamentable acabó vomitando desde la ventana de la cocina. Hubiese sido una buena decisión lo de la ventana para no manchar la casa de no ser porque la ventana no daba a la calle, sino a una terracita en la que había gente fumando. Aún recuerdo a Fanny cuidando del argentino y a Ruso fregando el estropicio.

Más tarde no recuerdo donde fuimos, tan sólo recuerdo terminar con Jose Alfredo tomando copas pagadas con tarjeta hasta las 7 de la mañana, y a la salida de aquel garito pseudopijo, hablar con dos chicas. Aquella situación fue extraña puesto que una de ellas estaba esperando a que la otra saliese de un coche en el que estaba haciendo guarreridas españolas con un maromo. Y así fue como la conocimos: recien follada. Luego más tarde descubrimos que eran menores de edad y que encima una de ellas era la hija de una profesora de JA, y de otros miembros del equipo.

La noche terminó como muchas otras, con un sinuoso paseo andando a casa y bañado por la luz del sol, pero esa vez, llevaba la mochila cargada de apuntes pisoteados.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Ass on the glass

Y entonces llegó la primera cena de fin de temporada...

Era mayo, y mi primera temporada de rugbier se había terminado hasta septiembre. Toda una lástima. Además, como en todas las temporadas, de un año para otro se despide gente, aunque luego llegan nuevos cargados de ilusiones.

Y esta vez no era para menos... Aquella temporada despidió a personajes tan ilustres como Ramón el de Badajoz, Benito el alemán o Ruso, el cual se iba a francia a aprender el buen rugby (mentira, iba a follarse a todo lo que se movía, claro está).

Como todo el mundo sabe ya, en esa fiesta se reparten diversos premios según los hechos acaecidos durante la temporada. Ese año, no me llevé el galardón que me he llevado durante todo el resto de años que he pasado por el equipo, ni tampoco el preciado premio al "Rookie del año", sino un premio más que merecido en esa temporada: "El pupas", y es que, viajar a la otra parte del mundo con la clavícula rota, no tiene precio.

Ya nadie lo recuerda, pero esa cena, fue una de las precursoras de los planes de equipo más comunes ahora: Cena en la zona de siempre-Copas en los pubs de siempre-Acabar en el antro de siempre.

Lo que si que recuerdo es tomar un par de copas en un pub con cristaleras, y al acabar, encontrarme con el isleño hablando con un par de muchachas de dudosa belleza, mientras una docena de culos estaban posados en la cristalera de dicho pub. Era el momento de largarnos al antro de los antros...

La noche en aquél garito se fue pasando fugazmente. Copas, copas, fichas y más copas hiceron que la noche pareciese durar minutos, y de repente, ya nos estaban echando a la calle.

Evidentemente, antes de que eso ocurriese, José Alfredo le lamió la cabeza a por lo menos una docena de mujeres. La mezcla de cerveza, vodka y champú en su estómago pareció hacer mella en él.

El último recuerdo de esa noche que tengo es meterle boca a una neoyorchina (dícese de una americana con rasgos orientales) y recibir una honorable cobra por respuesta...

Isleño: Rodolfo, ¿te ha hecho la cobra la china?
Rodolfo: Mm... Nooo...
Isleño: Rodolfo, ¿¡te ha hecho la cobra la china!?
Rodolfo: Sí.
Isleño: ¡Qué grande tío!

La cobra, es una respuesta universal... Pero yo ya lo sabía...

miércoles, 4 de agosto de 2010

Gatetes y mensajes

Las nuevas tecnologías son acojonantes... Removiendo el movil he encontrado bastantes perlitas, estas son algunas de ellas:

Fecha: 09/06/2008
Hora: 21:26
Origen-Destino: Arnold-Rodolfo
SMS: Estoy enfermo.
Observaciones: Esto ocurrió viéndose los dos implicados a unos 10 metros en una biblioteca observando a la tierna lola con la pechuga asomado en tono amenazador. Al minuto, recibí otro mensaje de la misma persona diciéndo lo siguiente: Muy enfermo.
Contestación: Una sonrisa...

Fecha: 11/10/2008
Hora: 8:43
Origen-Destino: Rodolfo-Renato(GL)
SMS: Al son de las mamellas!
Observación: Mi estado de embriaguez me impide saber el porqué de este mensaje.
Contestación: -

Fecha: 08/02/2009
Hora: 02:01
Origen-Destino: Rodolfo-José Alfredo
SMS: Falacias!
Observación: José Alfredo, el cual por esa época era conocido cono Sarkozy, estaba a menos de un metro de mi, inventándose cosas, utilizando argucias y fingimiento para conquistar el tan sobrevalorado chochito francés.
Contestación: Un abrazo descojonado de la risa.

Fecha: 08/02/2009
Hora: 07:58
Origen-Destino: José Alfredo-Rodolfo
SMS: Mentiras, pajas en la calle, (mentira)
Observación: Nada que comentar...
Contestación: ¿?

Fecha: 15/02/2009
Hora: 2:08
Origen-Destino: Renato(GL)-Rodolfo
SMS: Soy gael, tenemos k hablar
Observación: Este mensaje fue mandado desde el movil de GL, pero la artífice fue la susodicha. A los cinco minutos, volví a recibir otro mensaje, esta vez sí que era GL: Ten cuidado k gael esta loca. es n serio
Contestación: (Al segundo mensaje) Tio, tio, tio, controlame la situacion... Madre mia, q follon...

Fecha: 29/03/2009
Hora:04:45
Origen-Destino: Rodolfo-Tito Nascar
SMS: Al lio!
Observación: Este es uno de mis mensajes más mandados a todo el mundo. Lo suelo mandar cuando en el fragor de la noche, observo a un amigo que tiene la batalla de las fichas casi ganada, y sólo tiene que entrar a machete. Este SMS lo he mandado decenas de veces a decenas de amigos. Por supuesto yo también lo recibí alguna vez...
Contestación: -


Esto es sólo una pequeña muestra...

martes, 20 de julio de 2010

Primera epístola de los dominicanos a los ingeniebrios

Por Renato, GL, el evangelista.

Todo comienza un día cualquiera, mucho antes de que yo entrase en el equipo, y mucho antes de que Lucio abandonase el horror. Eran buenos tiempos, tiempos en los que un hombre podía confiar en otro para la vejación. Una época donde caballerosidad y la alevosía se confundían en un sólo ente.

Día de viaje: 0. Hora: 13:00. Lugar: Océano atlántico, a bordo de un avión rumbo a Punta Cana. Alcohol en sangre: Un par de copillas.

Lucio se marcha al Caribe como viaje de ecuador con la intención de dejar bien alto el pabellón hispano-argentino. Durante el vuelo, mantiene una ofensiva conversación con una bella muchacha:

- …
- Lucio: Mira, K, seguro que algun mexicano de estos va a machacarte el orto de manera brutal.
- K: No, no, no... Soy una princesita de cuento y esas cosas no se me hacen.
- Lucio: Si querés, apostamos 10€ a que tengo razón y te aprietan en Punta Cana.
- K: Como quieras… ¡venga, hecho! Apostamos 10€.
- …

Día de viaje: 3. Hora: 06:00. Lugar: Alguna cuneta abandonada del Yutacán. Alcohol en sangre: Nivel Bertín Osborne.

Los dos primeros días transcurren sin novedad en el asunto que nos ocupa. Lucio ocupa su lugar en la escala evolutiva reposando en una cuneta tras una dura noche de alcohol y barra libre. Pero todo estaba a punto de cambiar…

Día de viaje: 4. Hora: 03:00. Lugar: Discoteca del hotel en Punta Cana. Alcohol en sangre: Nivel Boris Yeltsin.

- …
- Lucio: mtrmfsghdjfghdf (inteligible por ingesta excesiva de alcohol)
- K: Bueno, ¿entonces me vas a dar por culo o qué?
- …


CONTINUARÁ...

jueves, 17 de junio de 2010

Copa de novicia


Era primavera ya, y la liga se estaba acabando. No recuerdo si fue un partido amistoso o si fue uno de los últimos que se jugaron. Yo por entonces estaba lesionado, pero aún así, siempre andaba cerca de los campos.

El partido terminó, y la actuación del equipo fue buena, así que fuera del campo hubo que celebrarlo también con un buen tercer tiempo. Cánticos, ron, muchachas traidas por Kalate y Ruso, y un queso de bola, ¿qué se le podía pedir más a esa tarde soleada de primavera? Que no se muriese todo al anochecer.

Y no lo hizo... Pues nos enteramos a través de un amigo de que había una fiesta en una residencia femenina de estudiantes y decidimos ir para allá. Doblamos un par de esquinas por las calles estrechas de aquel barrio bohemio y llegamos al portón de entrada.

No podíamos imaginar lo que nos esperaba al cruzar aquellas puertas... Música, alcohol de primeras marcas y mujeres, mujeres por doquier. Recuerdo ir con Sandro y unos cuantos más hablando con numerosos grupos de hembras y, aunque no recolectamos mucho, la noche se pasó volando.

También por allí estaba el Pelirrojo, que, aunque en un principio no salía con nosotros esa noche, fue una grata sorpresa encontrarle por esos lares. Pero no fue la primera sorpresa de la noche, la primera sorpresa vino cuando nos acercamos a la barra a pedir copas, y es que, queridos amigos, tenían camareras que quitaban el hipo, el hipo a reglazos, puesto que las que servían copas eran las propias monjas de la residencia. Jamás una religiosa me había emborrachado.

Entre copa y copa, el que no perdía el tiempo era Lucio, que no dudó en tirarle fichas a una chica que parecía tener la mente tan corta como su minifalda. Tras minutos de palabras vacías, besos y caricias, el muchacho creía que el trabajo estaba hecho, pero no contó con que al intentar subir a la habitación de su víctima, la madre superiora, Sor Malahostia, le cortó el paso, la libido y el buen rollo con la chica esa. Así que se dio a la bebida, como mandan los cánones, y acabó vomitando en las jardineras de aquel bello lugar.

Cuando cerró aquella fiesta, todos volvíamos dando tumbos, cantando y muy borrachos, mientras José Alfredo se indignaba porque no queríamos hacer el vándalo a niveles superiores (una etapa pasajera del loco J.A.).

Como en todas mis historias, siempre ocurrieron más cosas, pero John Deward's una vez más no dejó que fueran narradas...

domingo, 6 de junio de 2010

Episodio VIII: End of a road trip

El viaje se había terminado. Tan sólo quedaban fuerzas para hacer las maletas y dormitar algo en el autobús de vuelta.

Muchos se levantaron con el sabor del vómito en su boca. Otros como yo sobrevivíamos a base de mucha agua y paracetamol. Las gafas de sol ocultaban las ojeras, pero había algo que no podía ocultar ante mi seria familia: había perdido la voz. Apenas podía susurrar unas palabras muy bajito. Era increible, había gritado o cantado en otra clase de fiestas y saraos, pero nunca había llegado a ese punto.

El autobús hizo su parada a mitad de camino. El sol brillaba y nuestra resaca más aún. Algunos tomaban cerveza con ánimo de que se les pasase la mona. Todos estábamos muertos. Hasta el duelo de fichas entre Javi y Dudy parecía haber expirado... o quizá no...

Estábamos sentados en la acera de aquella gasolinera y de repente paró un coche con cuatro ninfas morenas de unos 20 añitos. Entonces, Dudy, ni corto ni perezoso, se levantó y fue a tirar lo que todos sabíamos que era la última ficha antes de llegar a casa. Anduvo con paso firme hacia el coche, y cuando apenas le quedaban un par de metros, las chicas se metieron en el coche y desaparecieron en el horizonte. El duelo quedó en empate, pero con ese último esfuerzo se valoró el trabajo de aquél mediomelé, tanto que Javi le dió la victoria moral.

Y así concluyó uno de los viajes más horribles que pudo haber. Siempre quedará en nuestro recuerdo, que fué rescatado entre todos, puesto que las lagunas nos impideron recordarlo con claridad individualmente...

FIN

(Seguiré escribiendo, pero no sobre este viaje...)

lunes, 31 de mayo de 2010

Episodio VII: Copas variaditas

Cual latas de sardinas viajábamos en ese autobús municipal camino de la discoteca. Un par de buenos muchachos del equipo me incitaron a cantar canciones misóginas mientras el vehículo daba bandazos de un lado a otro. Segundos más tarde estaba cantando la canción que luego me hizo popular en los terceros tiempos de la liga universitaria: Qué malas son, qué malas son, ¡las mujeres qué malas son!... Todo el autobús me coreaba cuando cantaba. Desconocidos borrachos me aplaudían, daban la mano e incluso algún que otro abrazo; en cambio las mujeres no se tomaron así...

Entonces entramos en aquella macrodiscoteca en la que, a parte de los deportistas del evento, se encontraban decenas de poligoneros y zorras varias.

La gente se fue dispersando cual mantequilla en un mar copas, fichas, mujeres y música. Dudy, el cual seguía en duelo de fichas con Javi, logró engañar a una jovencita que jugaba al voleibol para darse cuatro tímidos besitos. Por otro lado, las argucias de Lucio hicieron derretirse a otra de aquellas jóvenes deportistas. La cobra fue derrotada, y es que, contra una columna, una muchacha es difícil que se libre de las fauces de un argentino cuyas manos rodean su nuca y parte de su cara.

Pero todo aquello, no se salía fuera de las gráficas. Sin embargo, un individuo que rezumaba vodka con naranja, volvió a hacer de las suyas. Resulta que el infame José Alfredo, en un alarde de originalidad alcohólica, se sentó en el asiendo del copiloto del coche de una chica que, tan sorprendida como asustada, le gritaba para que el ebrio flanker se saliese de su coche. El pobre José Alfredo, no se pudo explicar de lo borracho que iba. Entre balbuceos, la chica sólo pudo entender la palabras "borracho" y "casa", pero aún así, otro muchacho del equipo tuvo que sacar a J.A. del coche y le llevó de vuelta a la discoteca.

Yo me encontraba apoyado en la barra. Esa rubia con ojos azules con la que estaba hablando no estaba nada mal y además parecía receptiva, pero hubo algo que me distrajo repentinamente, era José Alfredo, que volvía a hacer de las suyas. Se acercó a la barra describiendo una trayectoria quebrada, sé colocó justo al lado de donde estaba, me saludó y entonces escuché la conversación que tuvo con la camarera tatuada de pechuga generosa.

- Camarera: ¿Qué quieras?
- José Alfredo: Ponme cuatro copas...
(La camarera, muy profesional, coge cuatro vasos de tubo y los llena con hielos rápidamente)
- Camarera: ¿Qué es lo que quieres?
- José Alfredo: Cuatro copas...
- Camarera: Ya, ya sé, pero de que las quieres exactamente.
- José Alfredo: (Con tono de indignación extrema) ¡Joder! ¡Pues cuatro copas! ¡Yo que sé! ¡Ponme variadito! Pues yo que sé, un vodka con naranja, un whisky, un ron...

Entonces se dio la vuelta y me regaló un whisky-cola. El pobre iluso, al día siguiente sólo recordaba el momento en el que la camarera le dijo "Son 28 euros" y tuvo que ir pidiendo pasta a la gente.

Pocos minutos más tarde, alguien me tocó por la espalda. Era Kalate, que junto con J.A. me dieron la noticia de que había jaleo y que era probable que hubiese hostias. Íbamos todos en hilera, recorriendo la discoteca, primero para reclutar gente y luego para buscar al que había mancillado el honor de José Alfredo. Y cuando llevábamos minutos recorriendo la discoteca con los puños cerrados, el borracho de J.A. se dio la vuelta y nos dijo "Se me ha olvidado a quién quería pegar". Falsa alarma. Entonces nos disolvimos y no pasó nada.

Tras aquella noche llena de incongruencias, volvimos al hotel con el rostro bañado por el sol y haciendo el capullo. No sé en qué momento de la vuelta, pero Ruso se quedó sin pantalones porque alguien se los rompió, y volvió en gayumbos. Volvimos a desayunar los huevos estrepitosos de Arnold, y la noche la terminamos, gracias a Dios, todos de una pieza (excepto el hígado de algunos).

... CONTINUARÁ ...

domingo, 23 de mayo de 2010

Episodio VI: El robobo de la cocopa

La gente estaba muy animada. La entrega había terminado y se nos invitaba a una copa en la sala de fiestas del último piso de aquel lujoso hotel de la ciudad.

Todos íbamos como las grecas y nadie sabe por qué Arnold no paraba de robar cosas como los mandos del aire acondicionado. Fany, ni corto ni perezoso, pidió 3 ó 4 copas al camarero sin darle un sólo ticket de los que teníamos. Tan sólo le dijo "¡Ahh! ¿Qué no es barra libre? ¡Lo siento! ¡Aaadiós!". Y esas, caballeros, fueron las primeras copas gratis de la noche...

Tras frenarme un armario empotrado de seguridad cuando intenté colarme con alguien más en una cena de maduritas interesantes, me percaté de lo que habían hecho José Alfredo y Benito. A José Alfredo le entusiasmaba el vodka con naranja, pero de vez en cuando se le veía con vasos de tubo con otras bebidas con cola, evidentemente robados. A menudo, las robaba normalmente sin ningún pudor, pero aquella copa fue distinta... Lucía sobre un hermoso pedestal iluminado como aquella figurita de aquella película de Indiana Jones.

- José Alfredo: "Benito, ayúdame a robar esa copa. Ayúdame a distraer al maromo ese."
- Benito (con acento alemán): "Yo te ayudaré a robarr. Hablarré con él."

El caso fue que los dos se pusieron a hablar con aquel inocente valenciano y, en un descuido, José Alfredo agarró la copa como si fuese suya y le pegó un trago como si le gustase el whisky y le fuese la vida en ello. Segundos más tarde el diálogo con el pardillo fue el siguiente:

- Pardillo A: "Tíos, no os lo vais a creer. Me han robado la copa mientras hablaba con vosotros."
- Benito (con acento alemán-borracho): ¡Joderr! ¡Qué putada!
- José Alfredo: Desde luego, que gentuza que hay por ahí...

Seguíamos en aquella fiesta loca.

Fichas tiradas por Javi: 456. Fichas tiradas por Dudy: 454. El duelo continuaba...

La gente iba del revés. Miembros del equipo lanzaban ropa ajena por el hueco de la escalera. Y entonces, nos pagaron con la misma moneda. Benito, con sus casi dos metros de altura y su barriga cervecera, apareció con una cazadora de tamaño Barbie putoncilla, y tuve que preguntarle, claro:

- Rodolfo: ¡Pero Benito! ¿Que haces con esa cazadora puesta?
- Benito (con acento alemán-MUY borracho): En España sois muy de rrobarr... A mi rrobarr Pullover, así que yo rrobarr casadorra...

Las carcajadas de todos resonaban en los pasillos del hotel mientras se vaciaba de borrachos. Pero no nos íbamos a casa, la gran discoteca nos esperaba...

... CONTINUARÁ ...

domingo, 16 de mayo de 2010

Episodio V: Molinos de viento

Comenzaba nuestra última tarde en aquellas tierras. Como teníamos tiempo libre decidimos hacer un poco de turismo y más tarde recorrer diferentes bares probando la cerveza que nos ofrecían, tomando el aperitivo anterior a la cena de gala con los casi 500 deportistas del evento.

En aquella cena, nos sentamos en dos mesas contiguas, y entre vinos y cánticos la cena pasó rápidamente, y al llegar a los postres... ¡Reunión de equipo! Se bautizó a Dudy como era de esperar. Nunca se me olvidará la imagen de verlo desnudo con chorretones de vino por la espalda y atravesando ese pabellón ante la atónita mirada de la gente. Mientras se limpiaba y vestía, Arnold, alguno más y yo robábamos el vino que sobraba de las mesas.

Tras varios cánticos misóginos, se dio paso a la nada seria entrega de trofeos. Ahí conocí a Padu, capitán del equipo de otra urbe, el cual era una persona casi tan horrible como nosotros. Me gustó saber que en otros lugares hay gente como nosotros. Así si me desplazo a otra ciudad, sabré que podré encontrar gente de mi calaña. El buen muchacho, recibió la copa de rugby del torneo y se bajó pantalones y calzoncillos, y bailó haciendo círculos con su miembro viril mientras el gentío cantaba "Moli-moli-moli... ¡Molinete!". En ese momento pasó de ser una persona horrible más a ser un humano admirable.

Más tarde, nuestro estafador presidente del club, salió a recoger la copa al mejor club. Fue en ese mismo instante donde comenzaron los cánticos al sinvergüenza, y no era para más, nos trataba al equipo como seres despreciables mientras mimaba a los lloricas del fútbol y a las chicas de voleibol.

Y en ese instante del sábado terminó la entrega de trofeos, pero la noche no había hecho más que comenzar...

... CONTINUARÁ ...

miércoles, 5 de mayo de 2010

Episodio IV: No es oro todo lo que reluce

La noche se echó encima. En una habitación de hotel, todo el equipo bebiendo con aquellas chicas de voleibol. Coqueteos, miraditas, risas y copas, muchas copas... Y de repente sonó la puerta de la habitación.

Toc, toc.

- ¿Sí? ¿Quién es?
- Somos de seguridad del hotel, estáis armando mucho escándalo. Tenemos un equipo de fútbol concentrado que tiene mañana un importante partido. Sé que no sois vosotros concretamente, pero si sabéis algo decirnoslo por favor.
- No se preocupe caballero

Cuando se cerró la puerta, las risas resonaban por todo el hotel. Más tarde fuimos a aquella discoteca céntrica, no sin antes cantar por la calle y volcar algún que otro cubo de basura. El estado de embriaguez aumentaba por momentos, y más aún dentro de aquel garito.

Entonces apareció ella... La chica del día anterior. Armado con valor, profilácticos y George Ballantine's, fui decidido a hablar con aquella muchacha. Sin embargo, ese tiro salió por la culata, la chica no estaba tan "animada" como el día anterior y tuve que abortar la misión.

- Isleño: ¿Qué ha pasado?
- Rodolfo: Nada, que es una rancia. Creo que me quedo sin follar.
- Isleño: Rodolfo, vamos a la barra a remediar esto. ¡Jefe! Nos pones un...

El chasco no me desanimó, lo único que me llevó a beber más de la cuenta. Entonces, estaba teniendo una conversación con alguien que no recuerdo cuando ví a Benito hablando con una chica cuyo aspecto no recuerdo, y una gorda rubia cuya papada podía ser una barra de chopped. Dije uno a uno a varios miembros del equipo "Oye tío, vete a hacerle la cobertura a Benito". Todos se partían de risa hasta que un buen hombre cuyas venas iban cargadas de vodka, José Alfredo, se decidió a echar un cable al alemán. Yo no me lo podía creer, al fin y al cabo aquella cerdita iba a obtener algo de cariño... Sus caras se acercaron y de repente José Alfredo se dio la vuelta y vino hacia mí rápidamente. Al preguntarle que pasó sólo me pudo contestar con el clásico acento de borracho, "Tío, me he echado para atrás cuando le he visto la papada". Al parecer el muchacho teía algo de sangre en el alcohol.

Sangre en el alcohol me hacía falta a mí, puesto que la noche continuó siempre con un vaso mediolleno en la mano, y en la otra manos nada más que fichas defectuosas. Entre otras, recuerdo estar hablando con una alemana de 1,80 cuyo cuello me hizo la cobra por lo menos una vez. Y minutos más tarde se encendieron las luces de la discoteca.

La noche toledana parecía que se había terminado cuando en la puerta de la discoteca, ante unas 500 personas, se oyeron las palabras mágicas: "¡Reunión de equipo!". Era el momento, he de decir que con la cogorza que llevaba no lo esperaba, pero se veía que era inminente. Ahí se celebró mi rito de iniciación, todo un honor desnudarse en aquella situación. En aquel corro, recuerdo bailar desnudo con una chica al lado a la que intentaba darle "pollazos", ante la atónita mirada de los ojos y las cámaras de las chicas de voley. Un baño en whisky, una carrerita en pelotas y unos fondos y ya pasé a ser un miembro oficial del equipo.

Tal vez mis lagunas hayan hecho que me deje algo en el tintero, pero aquella larga noche que fue maravillosa, culminó con un desayuno en el hotel, consistente en lo que Arnold bautizó como "huevos estrepitosos".

... CONTINUARÁ...

domingo, 2 de mayo de 2010

Episodio III: Hierba recién cortada

Plantamos cara. Eramos tan sólo 13 y plantamos cara. Teníamos una resaca brutal y plantamos cara.

El campus era precioso, lleno de grandes avenidas y zonas verdes. Entonces vimos el terreno de juego, césped natural cuidado, una maravilla.

De repente aparecieron los rivales. Uno a uno nos sacaban entre diez y veinte kilos, y yo por aquel entonces era un ala novato e inexperto. Entre nuestras filas se unieron dos buenos muchachos que jamás habían tocado un oval, Álvaro y el Pelirrojo, el primero no volvió a pisar los campos de rugby, el segundo dió mucho más de hablar en este equipo. Jugaron con nosotros porque el Isleño pasó la noche anterior reclutándolos.

La verdad es que fueron dos partidos bastante duros, los cuales perdimos, no obstante, la adrenalina descargada, el bienestar de después de hacer deporte, las cervezas de después y las sonrisas de las chicas de voley que nos miraban con ojos golosos desde la banda, hicieron olvidarnos de la horrible resaca, de los golpes y de los malos resultados. Bueno, la noche de aquel viernes también ayudó bastante...

...CONTINUARÁ...

domingo, 25 de abril de 2010

Episodio II: No sin mi birra

Allí estabamos ya...

Listos para darlo todo para tal magno evento...

El acto de presentación en aquel pabellón terminó y, por si no hubiésemos bebido lo suficiente, había un cóctel de bienvenida. Nuestro objetivo como equipo, era hacer piña y terminar con toda la cerveza, cosa que se consiguió antes de culminar la primera hora.

Entonces fue cuando pasamos por el hotel a dejar las maletas. Yo dormía con Roberto y Jandro, dejamos las maletas y todo el mundo se fue de farra. ¿Todo el mundo de farra? Mentira, Lucio tubo que acostar al borracho de Fanny por tener el nivel de alcohol en sangre de Boris Yeltsin. Qué grande Fanny, en ese mismo viaje me enteré de que meses atrás practicó sexo loco con una chica en silla de ruedas. Mucha gente se pregunta cómo pudo hacer eso, yo siempre me he imaginado que con 3-en-1 y ruedas atrás y alante...

La noche comenzó, y allí estábamos metidos en un garito de mala muerte rodeados de supuestos deportistas borrachos y supuestas zorras. Digo lo de supuestas zorras porque un par de horas más tarde estába yo liándome con una muchacha valenciana que no hacía más que calentarme diciéndome cosas como "Mañana estoy sola en casa... y la discoteca a la que vais está cerca" o "Mañana despídete de dormir con tus amigos". Mañana, mañana, mañana... ¡Putos castillos en el aire! Esa noche estába eufórico por la promesa sexual, pero he de confesar que de aquel viaje regresé con los huevos más llenos de lo que los tenía cuando llegué.

Mientras tanto, en la otra punta del garito, en la pista, el loco Vincent meaba dándo vueltas subido en la tarima. Y creo que fue en ese momento, cuando todo el mundo pensó que definitivamente había quedado innaugurado el evento. Creo además que ahí comenzo la batalla de las fichas entre Javi y Dudy, que no terminó hasta que se acabó el loco viaje...

...CONTINUARÁ...

domingo, 18 de abril de 2010

Episodio I: Camino largo, vejigas distendidas

12.00 a.m. de un jueves cualquiera...

Dos autocares salen de cierta ciudad cargados de supuestos deportistas para disputar un nada prestigioso torneo a nivel nacional en otra provincia. Chicos y chicas dispuestos a batirse en distintas disciplinas como voley, fútbol, bádminton, baloncesto y, como no, rugby. Ahí estábamos. En la parte trasera de uno de los dos vehículos, íbamos medio equipo en busca de la gloria. Por delante tan sólo iban unas chicas que decían practicar otros deportes y algún otro deportista al que dichas mujeres no odiaban.

"Hola, me llamo Pepe y soy vuestro conductor. Les recuerdo que queda terminantemente prohibido comer, beber y fumar durante el viaje". Segundos más tarde, el sonido de latas de cerveza abriéndose en la parte trasera era ensordecedor. No podía ser de otra manera, llevábamos litros de espumosa cerveza y dulce sangría para amenizar el largo viaje. Tales fueron las cantidades, que cuando quedaban un par de horas para llegar al destino, comenzaron las ganas de mear, las fichas de Javi a las mujeres de delante y algo que más tarde hizo ganarme un puesto de honor en el equipo: los cantos populares.

La cerveza, el camino y las fuerzas de nuestros esfínteres urinarios se agotaban hasta que por fin oteamos nuestro destino. La primera parada era un acto de bienvenida al torneo, pero no sin antes orinar en grupo la pared del primer edificio que se veía al salir del autocar. Jaime, también conocido como Fanny, bajó rodando las escaleras de dicho autocar tambaleándose cómicamente mientras balbuceaba palabras con poco sentido.

Ya estabamos dentro de un salón de actos con el resto de la gente del torneo. Al parecer no eramos los únicos borrachos. Había más de una atractiva mujer y gente deleznable por todas partes, algunos dormitaban en el suelo, mientras la voz de la dulce Margarita nos comentaba cómo iba a ser el fin de semana. Nos dieron una bolsa con consumiciones en discotecas, tickets de transporte, una camiseta y planos varios. Mientras Margarita, la presidenta del club deportivo local, mencionaba cada item de dicha bolsa, Fanny se levantaba entre la multitud gritando borracho "¡Aquí! ¡Lo tengo yo!". Primera actuación estelar de algún miembro del equipo.

Y eso era sólo el comienzo del fin de semana... Lo que nos esperaba...

...CONTINUARÁ...

miércoles, 14 de abril de 2010

Falda de ternera

"Hijo mío, tampoco tienes necesidad de ir allí"

Apenas llevaba un mes en el equipo cuando anunciaron que en dos semanas había cena de equipo. Lo comenté en casa como un cuarto de las cosas que hago, a lo que mi santa madre contestó lo de siempre, que no tengo porqué apuntarme a todas las cenas, fiestas, cañas y demás comicios. Más adelante, cuando le dije que iba a ir en falda escocesa puso el grito en el cielo.

Y no era para menos, apenas conocía a esa gente. Es más, cuando llegué a aquella cena, apenas conocía a la mitad de la gente que iba a aquel restaurante tan cutre, pero aún así dejé a un lado mi seria actitud (mentira) y se lió parda.

No podría contar lo que acaeció aquella noche. Tan sólo tengo imágenes sueltas en mi cabeza de algún desnudo integral, calvos a través la cristalera de un pub mientras el Isleño y yo hablabamos con las muchachas, gayumbos en la cabeza, un argentino trepando muros en bares y copas por doquier, muchas copas.

Por suerte, siempre hubo noches que se reconstruyen mejor, por cuenta propia o por cuenta ajena...

viernes, 9 de abril de 2010

Buenos muchachos

Era una tarde de viernes frío de otoño, y ahí estaba yo, en mi primer entrenamiento en aquel medio campo de tierra. En aquel equipo había gente de lo más variopinta. Yo ya conocía al loco de Sandro y al golfo del Isleño, pero el resto de personajes de baja alcurnia no me dejó nada indiferente. El 90% pertenecían al mismo gremio de estudios, que no era el mío, pero aún así me acogieron bajo su seno como uno más.

Había un tal Dudy, un tanto especial cuyos discursos motivaban a todo el mundo. Estaba José Alfredo, un pintoresco y violento 3ª línea, que más tarde descubrí que era casi tan alcohólico y nocturno como yo. Estaba también Mikel, un muchacho fornido de Almería que empezaba también a dar sus primeros pasos en este mundo, como Javi, un muchacho al que parecía que le sobraban las fichas por la noche o Piernacas, un segunda línea con mucho interior y adicto al deporte. Había un tal Lucio, un argentino cuya labia hacía derretirse a la mujer más puritana. Siempre con ganas de juerga estaba Ramón, un pacense un tanto peculiar. Lesionado en ese momento estaba Arnold, un barbudo con malas pulgas de Santander que llevaba tiempo en este deporte. También estaba Ruso, un muchacho que hacía atletismo y que recientemente había descubierto sus dotes en este deporte. Pero no todos eran gentuza, había un muchacho al que llamaban Roberto, aunque ese no era su nombre, y que parecía ser la única cabeza cuerda. Además de todos estos personajes, había otros como Josema de Albacete, Chemari de Membrilla, Jandro el melenas, el bestia de Bruno, un Cacereño, un alemán al que llamábamos Benito, franceses como Vincent, Arnault y alguno más, o Jaime Estefanía el cual llevaba los terceros tiempos, veteranos como Toni, Carras, Vidal o Mariano, que por trabajo o erasmus aparecían poco, y demás gente que se mencionará más adelante.

Pero toda esta gente no estaba descontrolada. Había un buen muchacho, Kalate, que capitaneaba el equipo y que siempre se preocupaba de todos dentro y fuera del campo. Las muchachas de la escuela le consideraban uno de los peronajes más atractivos e influyentes, tanto que, si estuviesemos en un equipo de fútbol americano de un instituto de Wisconsin, indiscutiblemente sería el quarterback.

¡Qué buenos muchachos!

Pero esos no lo eran todo, luego se incorporaron otros personajes como David el pelirrojo, Renato el gallego loco, el fuerte Iniesta, el perturbado del tito Nascar, Paul Verton, Jimmy el hippie, Montículos y un sin fin del que ya hablaremos más adelante...

lunes, 5 de abril de 2010

Introducción

Todo comenzó cuando decidí apuntarme a ese deporte maravilloso llamado rugby. Había visto partidos, había oido fascinantes historias de amigos que jugaban, había hecho un amago de apuntarme antes, pero jamás imaginé que me introduciría en un submundo tan peculiar...

- Chechu: Métete en mi equipo, los Andantes. Tenemos una larga tradición y aprenderías a jugar "de verdad".
- Larousse: ¡Pero que dices tío! Métete conmigo en los Campesinos. Tenemos dos equipos, por lo que jugarías siempre. Además, siendo mi amigo serías siempre titular...
- Sandro: A ver tío, hazme caso, métete en mi equipo, los Ingeniebrios, que, además de conocernos al Isleño y a mí, somos un equipo de afables borrachos, no somos malos y te lo pasarías de puta madre.
- Rodolfo: Sandro, hablaremos para ver cuando me incorporo.

Hoy ha llovido mucho desde aquel día de cañas. Ha habido huesos rotos, moratones, heridas y situaciones desastrosas, pero no me arrepentiré jamás de haber tomado aquella decisión que hizo de mí un Rodolfo más... más... Bueno, dejémoslo en que algo cambió en mi ser.